jueves, 21 de noviembre de 2019

El Caso de los Hermanos Sodder

En 1945, en Estados Unidos, cinco hermanos no volvieron a ser vistos después de un incendio que afectó a la casa donde vivían.

El inmigrante italiano Giorgio Soddu, quien había nacido a principios del siglo XX en Cerdeña, había emigrado en su adolescencia a los Estados Unidos junto a su hermano en busca de mejores perspectivas de vida. Una vez en suelo americano, no tardó en encontrar trabajo y en casarse con Jennie Cipriani, quien al igual que él también había nacido en el país de la bota y había llegado a Norteamérica siendo una niña.

El matrimonio, que ya había americanizado el apellido Soddu a Sodder, se avecindó en la localidad de Fayetteville, en Virginia Occidental, en una pequeña pero bullente colonia de italoamericanos. En ese mismo lugar criaron a sus 10 hijos: John (nacido en 1922), Joseph Samuel (1924), Mary Ann (1926), George Jr. (1929), Maurice Antonio (1931), Martha Lee (1933), Louis Erico (1935), Jennie Irene (1937), Betty Dolly (1940) y Sylvia (1943). Robert, el último hijo, nacería en 1950.

En la nochebuena de 1945 se desataría la tragedia que cambiaría para siempre el destino de la familia Sodder. Ese día y a esa hora, en la planta baja de la casa dormía plácidamente el matrimonio junto a la pequeña Sylvia, John, Mary y George Jr., mientras que Maurice, Martha, Louis, Jennie y Betty Sodder lo hacían en el segundo piso de la vivienda. El único que faltaba era Joseph, quien por esa época se encontraba alistado en el ejército.

Cerca de la 1:30 de la madrugada sonó el teléfono, lo que obligó a Jennie Sodder a levantarse de la cama para responder el llamado, pero resultó ser una equivocación. Cuando la mujer echó un vistazo a la casa se dio cuenta de dos cosas: las luces de la escalera estaban prendidas y la puerta principal no estaba cerrada con llave, por lo que se limitó a cerrar la puerta suponiendo que sus hijos estaban profundamente dormidos en sus camas. Tras volver a acostarse, y mientras trataba de conciliar el sueño, Jennie escuchó un ruido sordo, como si algo hubiera caído al suelo en el piso superior. A los pocos minutos después notó un inconfundible olor a humo.

El matrimonio Sodder salió de inmediato de su dormitorio y se encontró con un espectáculo inquietante: el vestíbulo estaba lleno de humo y las llamas comenzaban a cebarse con las escaleras que llevaban al segundo piso de la casa. Ambos gritaron tratando de avisar a los cinco niños que dormían arriba, pero no obtuvieron respuesta, por lo que abandonaron el inmueble pensando que a lo mejor los infantes ya habían salido, pero éstos no estaban fuera. George Sodder trató de llamar a los Bomberos por teléfono, pero la línea telefónica estaba cortada. Posteriormente intentó llegar a las habitaciones del segundo piso a través de las ventanas con una escalera que había tras la casa, pero misteriosamente la escalera no estaba donde la habían dejado. También intentó arrancar alguno de los camiones de su empresa de transporte de carbón para acercarlo a la casa y que los niños pudieran saltar, pero ninguno de los vehículos funcionó.

Los bomberos, pese al llamado de los vecinos, sólo llegaron al lugar cerca de las ocho de la mañana, cuando la casa ya había quedado reducida a cenizas. Todos supusieron que los cinco hijos del matrimonio Sodder que estaban en la planta alta de la vivienda habían perecido asfixiados o carbonizados, pero lo increíble es que, tras revisar los escombros quemados de la casa, no se encontraron los más mínimos restos de los cadáveres. Para agregar mayor desconcierto a la situación, la policía sindicó a un cortocircuito eléctrico como causa del siniestro, algo que fue desmentido por la familia Sodder, que aseguró que mientras el incendio consumía la casa, varias luces seguían encendidas (además, el mismo George Sodder había hecho revisar semanas atrás la instalación eléctrica de la vivienda, la cual se encontraba en perfecto estado).

Una semana más tarde la justicia declaró oficialmente muertos a Maurice, Martha, Louis, Jennie y Betty Sooder y el forense, que no vio ni el más mínimo rastro de los cuerpos de los niños, expidió los correspondientes certificados de defunción. Pero los inconsolables padres estaban convencidos que la ausencia de restos y el hecho de que la línea telefónica había sido cortada significaba una sola cosa: sus cinco hijos habían sido secuestrados y el fuego no había sido más que una distracción para hacerles creer a todos que los niños habían fallecido.


Las pistas de los cinco niños desaparecidos
Los Sodder también recordaron algunos extraños hechos acaecidos antes del siniestro. Meses antes, un vecino había ofrecido a los Sodder un seguro de vida para toda la familia, pero la negativa de George Sodder (un conocido antifascista que había criticado públicamente al dictador italiano Benito Mussolini en el pasado) a contratar el seguro había devenido en una agria discusión en la que el vendedor le había dicho literalmente: “Su casa se convertirá en humo y sus hijos serán destruidos, y usted pagará por sus sucias opiniones sobre Mussolini”. Además, unos días antes de Navidad los hijos mayores de la familia Sodder habían visto a un hombre desconocido que, dentro de un auto estacionado al otro lado de la calle, parecía vigilar a los hermanos más pequeños cuando iban camino del colegio.

Los Sodder intentaron en vano que la policía y el FBI abriesen una investigación sobre el caso. Intentando ellos mismos buscar pistas sobre el posible paradero de sus hijos, dieron con tres testigos que aseguraban haber visto a los cinco niños después del incendio: una mujer de Fayetteville que los vio en un coche durante la misma noche del incendio; la camarera de un bar de carretera a cincuenta millas de su casa que afirmó haberlos visto acompañados de varios hombres a la mañana siguiente al fuego; y la recepcionista de un motel en Charleston, Carolina del Sur (a 700 kilómetros de distancia), que afirmó que los niños se habían alojado en su establecimiento una semana después del incendio, acompañados por dos hombres y dos mujeres que hablaban italiano, quienes viajaban en un automóvil con matrícula de Florida y se mostraron en extremo reservados y recelosos, impidiéndole hablar con los pequeños.

Además, un conductor de autobús que pasó por delante de la casa de los Sodder durante la noche del incendio afirmó haber visto lo que parecían “bolas de fuego” lanzadas contra el tejado de la vivienda. Los Sodder, tras entrevistarlo, concluyeron que se trataba de algún artefacto incendiario y que ese fue el ruido sordo que había escuchado Jennie antes que se desatara el siniestro.

Los Sodder también contrataron a un detective privado para buscar otras pistas. El investigador descubrió algunos hechos curiosos, como, por ejemplo, que el mismo vendedor de seguros que había discutido con George Sodder formaba parte del comité que había declarado muertos a los niños. Los Sodder, ya al borde de la desesperación, llegaron a ofrecer una recompensa de 10 mil dólares por cualquier noticia que condujera al hallazgo de los pequeños, pero todo fue inútil. No volvieron a saber nada sobre sus cinco hijos.

La misteriosa fotografía de 1968
Tendría que llegar el año 1968 para que el caso sumara otra misteriosa arista. A la casa de la familia Sodder, a nombre de Jennie Sodder, llegó una carta que contenía una fotografía de un joven veinteañero, moreno y de ojos oscuros, que en su parte posterior llevaba una críptica inscripción, la cual decía: “Louis Sodder. I love brother Frankie. Ilil Boys. A90132 (o 35)”. Las autoridades opinaron que aquello era una broma de mal gusto, pero los Sodder creyeron que aquel podía ser de verdad su hijo Louis Erico, uno de los cinco niños desaparecidos, y enviaron a un detective a Kentucky, donde había sido sellada la carta, pero no se obtuvieron resultados. El joven de aspecto italiano de la fotografía jamás pudo ser identificado.



Los Sodder siempre creyeron que sus hijos habían sido víctimas de una red de adopciones ilegales, aunque otros barajaron también la posibilidad de que el secuestro de los niños había sido obra del crimen organizado, no sólo por el origen italiano de la familia, sino también porque George Sodder era dueño de varios camiones de transporte de carbón y el transporte por carretera era un sector que tradicionalmente, en esa parte del país y en esa época, estaba controlado por la mafia.


George Sodder, después de años de incertidumbre y sufrimiento, fallecería en 1969, al año siguiente de que llegara a su casa la misteriosa fotografía de su supuesto hijo Louis. Su esposa Jennie moriría veinte años más tarde, en 1989. Sus hijos y nietos continuaron la búsqueda emprendida por el matrimonio, pero sin éxito.

martes, 19 de noviembre de 2019

Las Extrañas Muertes del Paso Diatlov

El 2 de febrero de 1959, nueve excursionistas aficionados al esquí acamparon en los montes Urales. Es lo último que se supo de ellos. Tras varios meses de búsqueda encuentran los cuerpos sin vida de todos bajo circunstancias extrañas. Oficialmente se declaró que murieron a causa de una “poderosa fuerza desconocida” y los documentos de la investigación se guardaron en secreto hasta la década de los 90. ¿Qué ocurrió realmente?


Conocido como el incidente del Paso Diatlov (así se denominó al puerto de montaña donde sucedió debido al nombre del líder de la expedición) estamos ante un auténtico expediente X con todos los ingredientes para dar rienda suelta a la imaginación, de hecho lo ocurrido en esas fechas ha dado lugar a todo tipo de teorías. El sumario de la investigación apelando a esas “fuerzas desconocidas” se mantuvo en el más absoluto secreto hasta varias décadas después. Si el relato ya es peliculero de por sí, cuando los papeles de la investigación se hicieron públicos se descubrió que faltaban muchas páginas del mismo.

Excursión a la Montaña de Muerte


El 25 de enero de 1959 se había formado un grupo de nueve excursionistas junto a un guía para practicar esquí en un enclave situado en los montes Urales, en un área entre la República de Komi y el óblast de Sverdlovosk. Ninguno llegaba a los 25 años a excepción del guía que tenía 37. Eran ochos hombres y dos mujeres estudiantes de la Universidad Técnica Estatal de los Urales (Ekaterimburgo), cuyo líder se llamaba Igor Dyatlov, de 23 años.

El objetivo de la expedición era llegar a Otorten, una montaña al norte del lugar donde tendría lugar el incidente. Una ruta que en las fechas elegidas, en el mes de febrero, eran de categoría III, la más complicada y difícil. Aún así, no era la primera vez para el grupo, quienes tenían experiencia en rutas similares.

El equipo al completo llega ese 25 de enero en tren a la ciudad de Ivdel, un enclave situado en el centro de la norteña provincia de Sverdlovsk. Desde ahí parten hasta Vizhai en un vehículo para al día siguiente comenzar la marcha hacia Otorten el 27 de enero. En este momento uno de los miembros, Yuri Yudin, da marcha atrás y se despide de la expedición a causa de una enfermedad. Así es como inician la gran caminata el grupo de nueve personas.


En este punto de la historia y según narra la versión oficial, los excursionistas habrían dejado algunos papeles en forma de diarios y cámaras en el último campamento previo al lugar del incidente. Esto hizo posible posteriormente la búsqueda en la zona de los excursionistas.

Finalmente llegamos al 31 de enero. Siempre según las fuentes oficiales, el grupo llega al borde de una zona de montaña elevada, seguramente con mal tiempo, por lo que deciden acampar allí, supuestamente también, esperando a que cambie el clima para iniciar la escalada.

Al día siguiente, el 1 de febrero, el equipo parte con dirección al lado opuesto de la montaña. El tiempo empeora, nieva y dificulta cada vez más la visibilidad de la zona. Los excursionistas se pierden y se desvían hacia el oeste llegando hasta la cara superior de la montaña Kholat Syakhl (Montaña de la Muerte en mansi). En este punto, y viéndose perdidos con un tiempo que no acompañaba, deciden acampar allí mismo y continuar la jornada al día siguiente.


Dyatlov, el líder del grupo, acordó enviar un telegrama al club deportivo al que pertenecían una vez regresaran a Vizhai. Según los cálculos del chico, esto sería como máximo el 12 de febrero. Transcurridos varios días después de esa fecha, el 20 de febrero son los familiares del grupo los que dan la voz de alarma y se inicia oficialmente la búsqueda de los excursionistas con varios grupos de rescate compuestos por voluntarios. Luego se sumaron fuerzas del ejército y policía con aviones y helicópteros.

El 26 de febrero la búsqueda da sus primeros frutos. Encuentran el campamento abandonado en Kholat Syakhl. El escenario: una tienda en muy mal estado que según narró Mikhail Sharavin, del equipo de rescate:

Estaba medio derribada y cubierta de nieve. También estaba vacía y todas las pertenencias y los zapatos del grupo no estaban.


Los investigadores dijeron que la tienda tenía indicios de que había sido cortada o desgarrada desde su interior, probablemente para abrirla con rapidez. Encontraron una serie de ocho o nueve pares de huellas que llevaban hasta un bosque cercano, momento en el que se pierden la huellas cubiertas por la nieve.

Allí encuentran junto a un árbol lo que parecen ser los restos de una hoguera y los dos primeros cadáveres, ambos tan sólo con la ropa interior y descalzos. En el árbol encuentran restos de sangre, razón por la que se determina que ambos excursionistas habían intentado trepar el árbol.

La búsqueda continúa y encuentran otros tres cadáveres en la misma zona en un espacio de no más de 600 metros del árbol. Uno de ellos es el líder, Dyatlov, con una rama de una mano y en una postura que indicaba que se estaba defendiendo o protegiendo. El otro cadáver tenía una fisura en el cráneo, quizás un golpe, en cualquier caso no fue esta la causa de la muerte, fue la hipotermia. El tercer cadáver era una de las chicas, en este caso la investigación detallaba un cuerpo con un tono corporal extraño, sin más. La hipótesis sugiere que los tres trataban de volver a la tienda de campaña.

Pasaron dos meses hasta que dieron con los otros cuatro excursionistas. El 4 de mayo dan por concluida la búsqueda al encontrar los cadáveres. Habían quedado sepultados bajo la nieve en el interior del bosque. Los cuatro estaban vestidos aunque con ropa que pertenecía a los otros cadáveres. También encuentran una cámara en el cuello de uno de los excursionistas, aunque la investigación oficial concluyó que la película de la misma se había dañado rescatando algunas fotos.

Lo que dice la investigación oficial


Después de hallar a los últimos cuatro cadáveres se abre la investigación para hallar las causas de la muerte. En este punto vamos a repasar lo que encontraron en las labores de búsqueda:

Los ocho cadáveres de los excursionistas.

Todos a una distancia entre sí de no más de 600 metros.

Algunos sin ropa, otros medio vestidos o con la ropa de otros, a unas temperaturas estimadas de entre -15 y -30 grados Farenheit.

En principio muertes por hipotermia, aunque muchos con heridas.

Una tienda vacía y aparentemente desgarrada.

Ocho o nueve pares de huellas que les llevan hasta los cadáveres.

Una cámara en mal estado

Así da comienzo la investigación judicial del caso, donde se concluye que los primeros cuerpos habían muerto por hipotermia, en cambio, los cuatro cuerpos encontrados en mayo modificaron muchas de las ideas preconcebidas en la investigación.

El examen llevado a cabo por el doctor Boris Vozrozhdenny halló que tres de ellos tenían lesiones mortales. Uno tenía daños importantes en el cráneo, a una de las chicas le faltaban costillas, la lengua y tenía fracturado el cuello, además de encontrarse altos índices de radioactividad en su ropa. Al tercero le encontraron fracturas en el pecho y le faltaban algunos dientes.

En líneas general todos presentaban lesiones mortales, aunque con un pequeño matiz, se trataba de lesiones en su mayoría internas, y en cualquier caso no parecía que hubiera existido algún tipo de pelea o lucha física.
Se dijo como posibilidad de la muerte de los excursionistas que habían sido atacados por indígenas del pueblo mansi
Así se llega a uno de los veredictos más insólitos de cuantos se recuerden. La investigación oficial concluye que todos los miembros del grupo murieron a causa de una “poderosa fuerza desconocida”. No sólo eso, el caso se archivó y se mantiene en el más absoluto de los secretos hasta la década de los 90, momento en el que vuelve a estar disponible y… sorpresa, faltan páginas de la investigación.

Esto es prácticamente lo mismo que abrirle las puertas de par en par a los amigos del misterio y la conspiración para que todas las teorías, pseudoteorías y folclore de la historia de la humanidad se unan y conformen la mayor de las leyendas urbanas.

Y así fue. Desde entonces, han existido tantas teorías y versiones de supuestos estudios que se hace complicado separar la realidad de la pura fantasía. Veamos algunas de ellas.

Teorías de la cripta sobre el incidente Diatlov

Desde el Yeti o monstruo de las nieves, hasta la aparición de extrañas esferas anaranjadas en el cielo la misma noche de las muertes, aliens, infrasonidos, fuerzas malignas… estas y otras aventuras fascinantes ofrecidas por supuestos excursionistas que se encontraban en la misma zona el mismo día de las muertes han conformado una auténtica Biblia del más allá en cuanto a lo ocurrido esas fechas.

Una de las primeras teorías surgió en cuanto comenzó la investigación. Se dijo como posibilidad de la muerte de los excursionistas que fueron atacados por indígenas del pueblo mansi. Esta teoría podría valer de no ser por la investigación oficial y a través de las palabras del doctor que realizó el examen: los tres jóvenes con lesiones mortales no presentaban heridas tan contundentes. Además, no habían huellas ni rastros de más personas ni señales de lucha cuerpo a cuerpo.
La muerte de los excursionistas fue por hipotermia, lo que a su vez podía inducir a un comportamiento conocido como paradoxical undressing.
Otra teoría surgió a través del escritor y periodista Yuri Sverdlovsk, quién en 1967 publicó la novela Of the Highest Degree of Complexity, inspirada en el incidente. Sverdlovsk había formado parte de los grupos de búsqueda y fue fotógrafo oficial en la etapa inicial de la investigación, así que tuvo conocimiento de lo que allí ocurrió.

La novela fue escrita y publicada mientras los detalles del accidente se habían mantenido en secreto, razón por la que el escritor no revelaba nada que no fuera la versión oficial de la investigación. De hecho, su libro es bastante optimista y solo muere uno de los excursionistas.

Se dijo durante mucho tiempo que Sverdlovsk tenía una versión alternativa de la novela que jamás lanzó por la censura oficial. El hombre moría en 1980 y al parecer se han perdido todos los archivos y documentos que tenía.

En al año 2000 se llevó a cabo un documental sobre los acontecimientos: The Mystery of Dyatlov Pass. Más tarde, y con la ayuda del equipo de producción, la escritora Anna Matveyeva publicó una novela a caballo en la ficción y el documental bajo el mismo título. Se trataba de un libro plagado de citas sobre las tesis oficiales, diarios encontrados y entrevistas con los investigadores donde la misma Matveyeva se pregunta qué ocurrió e intenta resolverlo. Probablemente es una de las mayores fuentes de material documental sobre el caso.

¿Existe una explicación?

Desde el punto de vista científico, lo cierto es que aún hoy no hay una explicación certera que haya resuelto todas las claves. En el año 2012 Internacional Science Times postulaba que la muerte de los excursionistas fue por hipotermia, lo que a su vez podía inducir a un comportamiento conocido como paradoxical undressing, donde los sujetos se pueden llegar a quitar la ropa en respuesta a las sensaciones percibidas de un calor que aparentemente quema.


Esta teoría vendría a complementar una de las más aceptadas: esa noche los jóvenes advirtieron algún peligro, quizá una avalancha (o eso pensaron), y salieron rápidamente de la caseta. Que otros tuvieran parte de las ropas de sus compañeros podría deberse a que habrían muerto más tarde y aprovecharon las telas para resguardarse del mal tiempo.

Faltaría saber la razón de esa pérdida de extremidades en algunos excursionistas, quizá podría deberse a la aparición posterior de animales y, sobre todo, la causa por la que los documentos se mantuvieran en secreto tanto tiempo con la posterior falta de datos, un hecho que incrementa las teorías de que el gobierno quiso tapar algún error o participación que se desconoce. Finalmente, esa radiación a la que se hacía alusión en las ropas tampoco tiene explicación.
Yudin siempre pensó que tras las muertes estaban los militares soviéticos, responsables de alguna manera de lo ocurrido
Lo que sí es cierto es que el paso de montaña donde el grupo estableció su último campamento paso a nombrarse Dyatlov. También existe una Fundación y un museo con el mismo nombre que acoge la misma Universidad Estatal Técnica de los Urales donde un grupo de familiares de las víctimas no cesado en su empeño para que el gobierno reabra el caso.

Y finalmente falta la única persona del grupo que se salvó del trágico incidente, Yuri Yudin. Él fue el joven que tuvo que dar marcha atrás al viaje debido a una enfermedad. El joven siempre pensó que tras las muertes estaban los militares soviéticos, responsables de alguna manera de lo ocurrido.

En el año 2012, y durante una entrevista, dijo recordar cómo le habían pedido identificar todo lo encontrado en la escena. Yudin contó que encontró una ropa de apariencia militar que no pertenecía al grupo, lo que le hizo sospechar de que es posible que antes de los grupos de rescate otros estuvieran allí. También dijo recordar que las autoridades parecían estar más interesadas en la razón por la que estaban allí que la propia causa de las muertes.

Más datos que no hacen más que componer un rompecabezas cada vez más difícil. Como el mismo Yudin finalizaba en la entrevista, ni él mismo sabe lo que ocurrió:
Si tuviera la oportunidad de pedirle a Dios una sola pregunta, esta sería, ¿qué le pasó realmente a mis amigos aquella noche?
Un año después moría el último de los 10 excursionistas. Yuri Yudin fallecía el 27 de abril del 2013 a los 75 años de edad.

Rusia reabre el caso

Seis años después de la muerte de Yudin, en febrero de 2019, la policía rusa finalmente ha reabierto el caso. El anuncio ha llegado a través de la oficina del fiscal general ruso, quién ha prometido acabar con todas las teorías sobre la muerte de los excursionistas. Según comunicó Alexander Kurennoi, un portavoz del fiscal ruso:
Todas las muertes están relacionadas de alguna manera con fenómenos naturales. Los familiares, los medios de comunicación y el público todavía le piden a los fiscales que determinen la verdad y no oculten sus sospechas de que algo se les estaba oculto.
Kurennoi ha explicado también que un grupo de investigadores expertos ha comenzado la nueva investigación. Aunque han pasado 60 años desde que se encontraron los cuerpos en aquellas posiciones tan extrañas con heridas incomprensibles, las autoridades rusas están seguras de que esta vez no quedará ninguna pregunta sin responder.

viernes, 1 de noviembre de 2019

El Crímen de Hinterkaifeck

Interkaifeck , una pequeña granja situada entre las ciudades bávaras de Ingolstadt y Schrobenhausen (a unos 70 km al norte de Munich), fue el escenario de uno de los crímenes más extraños y desconcertantes de la historia de Alemania. Durante la noche del 31 de marzo de 1922, los seis habitantes de la granja fueron asesinados con un azadón. El asesinato sigue sin resolverse hasta hoy.

Las seis víctimas fueron el agricultor Andreas Gruber (63) y su esposa Cäzilia (72); su hija viuda Viktoria Gabriel (35) y sus dos hijos, Cäzilia (7) y Josef (2); y la criada María Baumgartner (44). Se rumoreaba que Josef, el hijo de Viktoria era también hijo de su padre Andreas, con quien habría tenido una relación incestuosa.

Unos días antes del crimen, el agricultor Andreas Gruber dijo a los vecinos que había descubierto huellas en la nieve que iban desde el borde del bosque hasta la finca, pero ninguna de vuelta. Además, habían perdido un juego de llaves de la casa días antes de los asesinatos, pero no se informó a la policía.

Seis meses antes, la criada anterior había dejado la finca, alegando que estaba embrujada; la nueva criada, María Baumgartner, llegó a la finca el 31 de marzo, sólo unas horas antes de su muerte.

Exactamente lo que ocurrió el viernes por la noche no se puede saber con certeza. Se cree que la pareja de ancianos, así como su hija Viktoria y su hija Cäzilia, fueron de alguna manera atraídos al granero de uno en uno, donde fueron asesinados. A continuación el asesino entró en la casa donde mató al hijo de dos años de edad de Viktoria, Josef, que dormía en su cuna en la habitación de su madre, así como a la criada, María Baumgartner, en su dormitorio.


Al principio se pensó en un robo pero quedó descartado ya que en la casa se encontraron joyas valiosas y dinero, así que la idea quedo descartada.

Se interrogaron a casi cien personas pero no había pruebas en contra de ninguno de ellos. La investigación se centró entonces en el antiguo pretendiente de Viktoria, el joven Lorenz Schlittenbauer quien reconoció odiar al padre de Viktoria ya que estaba convencido de que este era en realidad el padre de Josef, pero que con su muerte, no ganaba nada, por lo que lo dejaron en libertad

Las cabezas de las victimas fueron enviadas a Múnich, para un estudio exhaustivo, pero a pesar de todo no se obtuvo ninguna información nueva. Dichas cabezas se perdieron durante la Segunda Guerra Mundial, los cuerpos por otro lado fueron enterrados en el cementerio de Waidhofen.

En 1923 la granja fue derribada, pero hasta la fecha el caso sigue sin resolver.



Muerte a bordo del Ourang Medan

En junio de 1947 un barco que navegaba por el estrecho de Malaca comenzó a enviar señales de socorro a los barcos que se encontraban por la zona. El mensaje decía: "Todos los oficiales, incluyendo el capitán, han muerto, están tumbados en la cubierta y el puente. Posiblemente toda la tripulación está muerta." Tras una pausa el tripulante que transmitía el mensaje dijo: , "Me muero".

Un buque estadounidense, el Silver Star, escuchó el mensaje y fue a investigar. Una vez a bordo descubrieron que todos los tripulantes del Ourang estaban muertos, todos con una expresión congelada de miedo extremo en sus rostros. Sus brazos estaban extendidos, como si trataran de apartar algo que se acercaba. Cuando el Silver Star remolcaba al Ourang a puerto, las cubiertas inferiores del barco fantasma empezaron a arder y el Silver Star tuvo el tiempo justo de soltar amarras antes de verse afectado por el fuego. Hoy en día nadie sabe que pudo pasar a bordo del SS Ourang Meden, o si lo saben, no quieren que los demás nos enteremos.




jueves, 31 de octubre de 2019

3 Leyendas Urbanas de Buenos Aires

El laberinto sin salida de Parque Chas

Queda terminantemente prohibido dirigirse a la manzana de las calles Berna, Marsella, La Haya y Ginebra. Si alguien se animara a dar la vuelta completa, aparecerá en cualquier otro lugar del barrio Parque Chas, menos en el que debería.

Cuenta la historia que en 1957 un grupo de exploradores franceses aceptaron el desafío y, luego de intentarlo, aparecieron en Villa Urquiza, un barrio ubicado a 3 kilómetros. Otra vez, unos urbanistas catalanes formaron dos equipos y caminaron en dirección opuesta con la idea de que se encontrarían en la mitad. No fue así: después de unos largos minutos, uno de los grupos apareció caminando detrás del otro.

La leyenda nació en un cuento del escritor Alejandro Dolina, quien habla de este barrio característico por su difícil trazado de calles circulares y concluye diciendo: “En realidad, conviene no acercarse a Parque Chas”.

La maldición de la Facultad de Ingeniería

No todo lo que brilla es oro y no todas las obras monumentales guardan historias felices. La actual Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires comenzó a construirse en 1912 bajo las órdenes del reconocido ingeniero Arturo Prins. Detallista y obsesivo, apuntaba a construir el edificio neogótico más sorprendente de la ciudad.

Todo comenzó muy bien hasta que en 1938, cuando ya había finalizado la primera etapa de construcción, misteriosamente se frenó el trabajo. Algunos hablaron de que los costos habían superado lo presupuestado y otros que los planos tenían un error de cálculo que, de continuar la obra, este terminaría en un derrumbe.

Prins murió un año después y las malas lenguas afirman que decidió suicidarse por no haber soportado el error cometido. En los años 50, un estudiante quiso retomar el proyecto y armó una tesis para continuarlo. No sólo no lo llevó a cabo sino que además jamás se recibió. A partir de ese momento, nadie más se animó a continuar el edificio que está en la avenida Las Heras, en el barrio de Recoleta, imponente e inconcluso.

El monstruo de la Reserva Ecológica

Una misteriosa criatura vive en este espacio verde de 350 hectáreas y nadie sabe cuándo volverá a aparecer. Diferentes historias a lo largo de los años hablan de un mamífero con tamaño de perro y características de rata.

Dicen que es un coipo, el animal similar a la nutria que vive en las costas del río. La primera vez que se oyó hablar de él fue en 1986, días después de que se inaugurara la Reserva. Entre tanta flora y fauna resulta difícil reconocer todas las especies y nadie se anima a realizar un diagnóstico acabado. Así nació la leyenda de “Reservito”, que según diferentes testimonios, se alimenta de carne humana y persigue a quienes caminan tranquilamente.

Grupos de jóvenes se han organizado más de una vez para enfrentarlo, pero nunca han tenido éxito. Sin hallazgos de cadáveres ni desapariciones inexplicables, “Reservito” hizo lo suficiente como para aparecer y desaparecer sin que fuera documentado.

miércoles, 14 de febrero de 2018

Desaparición De Cyndi Allinger

Cynthia Allinger alias Cyndi, fue una niña de 9 años de edad que desapareció de su casa en la Lincoln Avenue y Chicago Ave S.W. en la ciudad Lakewood, Washington el 4 de julio de 1996, dos semanas después fue encontrada muerta.

Cyndi Allinger

Vida familiar

La madre de Cyndi, Rhonda Hebison, recientemente se había divorciado del padre biológico de Cyndi, y apenas se las arreglaba para mantener a sus tres hijas, como madre soltera al ser Cyndi la más grande de las tres, es la que ayudaba a cuidar a sus otras hermanas.

Rhonda la describe como una niña muy femenina que le gustaban mucho los vestidos de volantes y casi nunca andaba con pantalones como las otras niñas de su edad, también la describe como muy responsable y un apoyo para ella.

Rhonda Henison (Madre de Cyndi)

Día de la desaparición

El 4 de julio de 1996, Cyndi y sus otras hermanas salieron a jugar a la calle como los otros niños del barrio poblado de padres solteros trabajadores, cuyos niños mayormente estaban solos el día entero y un paraíso para los depredadores sexuales.

Rhonda se vió con Cyndi en la tarde y prometió volver en una hora, como a las 6 de la tarde, estaba en la casa con las hermanas menores de Cyndi y se sentaron a comer pizza para la cena, a Rhonda no le preocupó que aún no hubiera llegado y espero un poco más.

Como a las 7 de la noche se comenzó a preocupar por la ausencia de Cyndi y fue de puerta en puerta donde los vecinos preguntando por ella, pero nadie la había visto. Reportó la desaparición a la policía.


A la mañana siguiente

El 5 de julio de 1996, la detective Teresa Berg del Pierce County Sheriff Department, se encuentra con todos los reportes de incidentes del 4 de julio, una fecha terrible para los oficiales de policía, ya que las personas se emborrachan, comienzan a pelear y suceden muchas cosas, pero al caso de la desaparición de Cyndi llamó su atención al tratarse de una niña de 9 años y lo puso como prioritario.

Se fue a entrevistarse con la madre de Cyndi, Rhonda, al principio le pareció muy extraño el comportamiento de Rhonda, ya que la mayoría de los padres en esta situación estarían histéricos, pero ella se encontraba muy calmada y elocuente, se pasó un tiempo largo tratando de sacarle información a Rhonda y preguntandole los sitios que Cyndi visitaba, pero Rhonda no tenía mucho idea de los sitios que Cyndi frecuentaba.

Cyndi y sus hermanas
La hermanita de Cyndi, ayudó a la detective Berg a visitar los sitios que ellas tres visitaban, pero o nadie había visto a Cyndi o no recordaban la hora que la habían visto, casi al final del recorrido la hermanita la llevó a una cabaña al final de la calle, pero cuando la detective Berg se asomó parecía estar vacía.


Comienzo de la investigación

Pero la detective Berg no era la única interesada en el caso, el detective Rick Adamson, también se interesó en el caso y comenzaron la búsqueda de Cyndi Allinger.

En otra entrevista a Rhonda, apareció de repente el novio, resultando ser una persona manipuladora y con muy mal carácter, que constantemente interrumpió las preguntas de la detective Berg.

En estos casos mayormente de los abusos a niños son los novios de las madres, por lo que la detective Berg, se llevó al novio para entrevistarlo más a fondo, entre más conversaba con el novio de Rhonda, más sospechoso le parecía, al buscar en la base de datos al novio de Rhonda se encontró con que tenía previos registros de maltrato a Cyndi. Cuando investigaron más a fondo la coartada del novio de Rhonda, pudieron constatar que estaba trabajando en el ferrocarril en ese momento, por lo que fue descartado como sospechoso.

Uno de los patrones también del abuso infantil es de los padres divorciados, cuando revisaron el prontuario del padre biológico de Cyndi, también encontraron que era un persona violenta, parecía ser un patrón para las parejas de Rhonda, la madre de Cyndi. Pero había un problema con esta teoría ya que el padre de Cyndi ya se encontraba tras las rejas con una condena de 37 años.

Los detectives Berg y Adamson estaban en un camino sin salida con este caso. Se dedicaron a investigar a los agresores sexuales en la zona y resultó que había como 28 agresores en la zona. Luego de revisar los gustos sexuales y el modus operandi de los agresores pudieron reducir la lista a tres, pero fue un camino sin salida, ya que todos pudieron comprobar su coartada.


El reportero Héctor Castro estuvo muy interesado en el caso, tenía poco tiempo siendo reportero, pero sintió que este caso era muy importante para la comunidad, que normalmente para el principio del verano era tranquila, pero con esta desaparición tenía a toda la comunidad preocupada.


Hallazgo del cádaver

Otro detective se interesó por el caso de Cyndi y se encontró que en la zona por donde vivía Cyndi, había un sitio aislado que estaba lleno de alfombras tiradas en la tierra, se fue a revisar y en una de las alfombras encontró el cuerpo de una niña con los rasgos de Cyndi y las señas de como iba vestida el día de su desaparición. La niña estaba parcialmente vestida y tenía la boca amordazada, al detective le quedó claro que había recibido un traumatismo severo, fue una de los asesinatos más salvajes de los hayan visto en su carrera.


Cuando Jim Rubattino el abuelo de Cyndi se enteró de la muerte de su nieta, no lo podía creer que a su angelito, le pasara una cosa tan terrible. La irreversibilidad de la situación dejó a Rhonda también tambaleándose.

Entierro de Cyndi

Entierro

Dos semanas después de la desaparición de Cyndi fue enterrada, y en el entierro habían personas que ni siquiera conocían a Cyndi y lloraban por la niña.

Autopsia

Cyndi Allinger había muerto por un fuerte traumatismo en el cerebro y asfixia, y fue agredida sexualmente de una manera muy violenta.

Investigación después del hallazgo

Quedaba claro que el perpetrador de Cyndi era una persona muy violenta y con las calles llenas de niños era imperativo que este caso fuera resuelto.

Los detectives Berg y Adamson continuaron la investigación, los detectives deciden ir nuevamente a los menos improbables informantes, las hermanitas de Cyndi y los amigos, luego de muchas horas, pudieron investigar que en la zona había un tipo que esa tarde del 4 de julio, fue visto caminando con Cyndi vistiendo una camiseta pintada y unos pantalones cortos rotos.

Armados con esta información los detectives comenzaron a tocar puertas y pudieron crear un perfil de este tipo llamado Ras, era un tipo con estilo hippie que tocaba la guitarra en un grupo, fumaba mucha marihuana en el barrio.

Rhonda ya había escuchado sobre este amigo de Cyndi, llamado Ras hacia 4 meses, en el reciente cumpleaños de Cyndi, ella le había preguntado a Rhonda si podía invitar a Ras, cuando Rhonda hizo más averiguaciones sobre este Ras se enteró que era un hombre mayor y prohibió a Cyndi que lo viera y le explico que no podía invitarlo a su cumpleaños, como Cyndi no volvió a mencionar este amigo Rhonda pensó que todo estaba bien.

Pero por los hechos ocurridos parece ser que Cyndi no pudo resistir el encanto del sesentero, y los amigos de Cyndi le cuentan porque, tenía instrumentos de percusión y un perro, y la dejaba tocar los instrumentos y jugar con el perro y a ella eso le gustaba y finalmente Ashley, la hermana de Cyndi confesó que ella, su otra hermana y muchos de los niños del barrio habían estado allí sin que Rhonda lo supiera.

Ashley le contó donde vivía aquel tipo, y la detective Berg recordó claramente haber ido con Ashley a ese sitio al principio de la investigación por la desaparición de Cyndi, pero lo encontró vacío. Al ver que los otros niños también describen el sitio, les dió la certeza a los detectives de que iban por el buen camino.


Guy Matthew Rasmussen

La policía con los perros sabuesos comenzaron la investigación de la zona, pero en esa ocasión no había nadie en la cabaña.

La policía no tenía suficientes pruebas para una orden de registro y esta era un razón por lo que tenía que encontrar a Ras, pero ninguno de los vecinos lo había visto recientemente.

Cuando finalmente dieron con Ras, el detective Adamson le pareció que era una persona tenebrosa, pero el que tengas aspecto de asesino no te hace un asesino, Ras les dijo que su nombre completo era Guy Matthew Rasmussen, al buscarlo en la base de datos de agresores sexuales no encontraron ninguna información.

Ras resultó ser una persona de rápido hablar e ideas claras, no hubo manera de sacarle una confesión, por lo que sin ninguna prueba que lo vincule al asesinato, la policía tuvo que dejarlo marchar.

La policía comenzó una vigilancia de 24 horas a Ras, y descubrieron donde vivía, se enteraron que se mudó inmediatamente luego de la desaparición de Cyndi, por lo que eso explicaba porque la cabaña estaba vacía cuando comenzó la investigación.

Los detectives decidieron profundizar en el pasado de Guy Matthew Rasmussen, y lo que encontraron fue alarmante, Rus tenía un obsesión por todos los niños de todas las edades. Tenía delitos contra un chico de 16 años, y un secuestro, por el cual había cumplido 5 años de condena, luego en 1990 había cumplido otra condena por atacar a un niño de 10 años, la edad del último niño fue la que interesó más a los detectives ya que era similar a la Cyndi.

La policía estaba convencida que este era su hombre, pero lo que no llegaban a comprender porque Rus no se encontraba en la lista de agresores sexuales que ellos previamente habían investigado, y descubrieron que el problema eran las leyes para los agresores sexuales, esta sucedió luego de su condena y aún no había retroactividad, así que estuvo librándose durante varios meses.

Con Ras en lista de los agresores sexuales, los detectives aún seguían buscando pistas y continuaba la vigilancia de 24 horas, la oficina del fiscal les dijo a los detectives que tenían que tener pruebas físicas, y que una vez la tuvieran podrían arrestarlo.

Para poder arrestar a Ras tenían que entrar a la caravana que ahora era su hogar, la detective Berg encontró una llave legal para poder llevarse las prendas que estaban buscando, y que coincidieran con las prendas que llevaba la última vez que fue vista Cyndi con Ras. Consiguieron varias piezas de ropa, camisetas, medias y pantalones cortos y los mandaron al laboratorio forense.

Pruebas forenses

4 meses después del asesinato de Cyndi, el laboratorio forense entregó el resultado de las pruebas, en las cuales se encontró semen y sangre de Cyndi en unos pantalones cortos.

Arresto de Guy Matthew Rasmussen

En menos de una hora luego de recibir el resultado de las pruebas forenses los detectives Berg y Adamson arrestaron a Ras en un bar. Los detectives nunca pudieron tener una confesión de Ras, pero con todas las pruebas que tenían pudieron arrestarlo.

El 9 de marzo de 1999, dos años después de la muerte de Cyndi, Guy Matthew Rasmussen fue encontrado culpable de asesinato en primer grado, fue sentenciado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, cumple su condena en el Monroe Correctional Complex-WSR en Washington.

martes, 13 de febrero de 2018

El Hospital Maldito

El Sanatorium Waverly Hills abrió sus puertas el 26 de julio de 1910 y albergó a miles de pacientes que sufrían de tuberculosis. Sus instalaciones alojaban en un principio entre 40 y 50 pacientes, pero debido a la gran cantidad de infectados llegó a tener a más de 400 enfermos.

Waverly Hills funcionó a pleno rendimiento durante más de 50 años, pero después de que se creara un nuevo antibiótico eliminó drásticamente los casos de tuberculosis, el hospital cerró sus puertas en 1962. Un año después, Waverly Hills reabrió sus puertas como el hospital geriátrico “Woodhaven Medical Services”, pero volvió a cerrarse en 1980 después de que las autoridades encontraran terribles evidencias de abandono y malos tratos en los pacientes.

Según las estimaciones de mortalidad en Waverly Hills, al menos 6.000 personas murieron durante sus 50 años de funcionamiento. Pero muchas personas pueden pensar que simplemente se trataron de muertes comunes, como cualquier otro sanatorio de la época, a no ser porque los pacientes que eran ingresados en Waverly sufrían a menudo a través de tratamientos dolorosos, incluyendo la terapia de electroshock y cirugías experimentales que van más allá de la imaginación, como por ejemplo la colocación de sacos de arena pesados en el pecho de un paciente.

Hoy en día se dice que muchos de esos pacientes que fallecieron en el temido hospital Waverly Hills siguen siendo avistados en él, en forma de fantasmas. Si esto es cierto o no, eso ya es otra historia.
De todas formas el edificio fue comprado por un privado que ofrece tours por el antiguo hospital, y todos los fines de semanas tiene los cupos agotados. En ocasiones las reservas de hacen con más de 3 meses de anticipación.

El túnel de la muerte

Y no nos podemos olvidar del túnel subterráneo que conduce a la entrada principal del sanatorio de Waverly Hills, en la parte inferior de una elevada colina a unos 150 metros hacia abajo. Originalmente, el personal de servicio utilizaba el túnel para recibir suministros en invierno, cuando la colina no podía ser utilizada por los proveedores. Sin embargo, se cree que los médicos también utilizaban el túnel para deshacerse de los cuerpos inertes. Según los registros encontrados, decían que la tuberculosis se cobró un paciente por hora durante el apogeo de la epidemia y que los médicos utilizaban el túnel para eliminar a los muertos sin que nadie se diera cuenta.

El llamado “túnel de la muerte” ahora es considerado un importante “punto paranormal”, donde los visitantes afirman ver sombras misteriosas e inexplicables, pasos y voces incorpóreas, y sentir extrañas presencias. También es conocido entre los investigadores paranormales como una zona donde registran sorprendentes y escalofriantes psicofonías o fenómenos de voz electrónicas (EVP).
La terrible habitación “Room 502”

Otra historia terrorífica tiene que ver con una enfermera embarazada que se suicidó en la habitación 502. Algunos historiadores creen que un doctor dejó embarazada a la enfermera y que luego no quiso casarse con ella. Devastada, la mujer se ahorcó de una tubería o lámpara. Hay otras versiones que dicen que fue el director del hospital, el que dejó embarazada a la enfermera y que ella saltó desde la ventana de una habitación en vez de ahorcarse. Aunque otras personas afirman que la enfermera embarazada fue apuñalada hasta la muerte por uno de los pacientes.
Independientemente de la historia, muchas personas están convencidas de que una entidad angustiada se oculta en la terrorífica habitación 502.


El Caso de los Hermanos Sodder

En 1945, en Estados Unidos, cinco hermanos no volvieron a ser vistos después de un incendio que afectó a la casa donde vivían. El inmigran...